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martes, 29 de junio de 2010

Te Mueves Bastante (TMB)


A las buenas noches de nuevo...
Hoy hablaré de un tema que nos toca bastante a todos, para variar. Sí, como los más avispados habreis descubierto por el título, se trata del "Transport Metropolità de Barcelona", que como la mujer es ese gran desconocido.

Antes de hablar del transporte en sí analizaremos diversas cosas del mismo. Me explicaré.
Cuando llega el día 31 de Diciembre, ¿que ocurre en Barcelona? Pues sí, esta claro, que falta un día para que el Ayuntamiento de Barcelona suba la tarifa del transporte público unos 5 o 10 "insignificantes" céntimos de euros. Aplicables a todas las tarjetas de transporte del área metropolitana. ¡Feliz año nuevo!
Para empezar podemos hablar de las máquinas expendedoras de viajes. Estas máquinas se han modernizado en los últimos años (de 5 centimos en 5 centimos...) estas se dividen en 2 tipos; las que puedes pagar hasta con tu dni y las que solo puedes pagar con tajeta. Ambas tienen un pequeño problema. Las primeras cada vez que pueden se atascan con las peligrosisimas monedas que los usuarios depositan para intentar comprar su pase. Las segundas, a parte de que te hace marcar tu número secreto (que me parece bien) lo hace sin ningún tipo de protección para que lo vea cualquiera y ahí es dónde entra el ingenio de la gente. Así que si veis a alguien intentandose montar una de estas máquinas, igual solo intenta marcar su número secreto. El segundo problema es que son muy aficionadas a tragarse las targetas de crédito y hacerte perder todo el tiempo posible.
También hay que apuntar que si eres uno de los "apestados" del área metropolitana y tienes la mala suerte de que vives en las zonas 2 o 3, que son peor que Mordor, y además necesitas una T50/30 preparate para desembolsar casi 200€ de nada al mes.

Las infranqueables máquinas de acceso al metro en las cuales es casi es imposible colarte, tienen un punto humorístico y casi jocoso. Tu posibilidad de acceder al metro es inmediatamente proporcional a lo arrugado que esté tu ticket, más las máquinas disponibles para pasar y dividido por la sensibilidad de los sensores disponibles.
Una vez dentro del metro... eso si que es una aventura y no lo del Calleja. En las horas puntas solo viajan los campeones del mundo en puzzles. También pueden viajar los mejores jugadores de twister. Un pie a la derecha, el otro hacia atrás, tuerce el brazo a la izquierda para coger la barra y el otro cerca de tus pertenencias para las manos largas. Luego solo te has de disponer a recibir unos codazos, 4 empujones y el olor del sobaco de cualquier obrero. Porque no se si sabeis que si eres obrero o pintor, no te tienes que duchar porque, total, si ahora te vas a ensuciar...
En las horas "valle" te puedes hasta sentar, tienes tu espacio vital y viajas genial. Las noches de fin de semana irás rodeado de adolescentes borrachines que hacen botellon en el metro mientras cantan y jadean a todo lo que se les cruza por su alrededor. Aunque lo peor de estas ultimas horas son los tiempos de espera que rondan casi los 10 minutos.
La fauna del metro consta de un 70% de representación de la zona de sudamerica, un 20% de ciudadanos autóctonos y el 10% que falta lo suman rumanos, pakistanis y diferentes y muy variados artistas del vagón (de los cuales hablaré otro día).
Por último solo quería comentaros la presencia de los revisores que cada vez más los van a buscar a las porterías de las discotecas. El otro día me abordaron 2 que cogieron el ticket y casi rebientan la máquina por dónde lo verifican. Que bestias.

Si tu intención es coger el autobús te puedes encontrar lo mismo que en el metro en horas puntas pero almenos ves la calle, que es el sueño de cualquier claustrofóbico. El conductor raras veces te saludará ni te mirará a la cara. No lo hará a no ser que sea con la cara esa de... "subes ya o que, que tengo que cerrar las puertas".
Eso sí, lo que admiro de este gremio es la capacidad de dar el cambio mientras conducen. Muchas veces más pendientes del cambio que de la carretera, pero bueno.
Además cuando te sientas en esa silla te transformas en el amo de la ciudad, y eso es por ley. Tienes preferencia sobre el resto de conductores, con la única excepción del gremio que es superior a ellos, los taxistas. Puedes girar tomando el ángulo que necesites, sin importar los coches que tengas cerca, puedes pitar, gritar o pegar frenazos a tu antojo, sin importar si algún yayete está intentando moverse para bajar. Si tienes a alguien que este pisando el detector de la puerta y pita tienes derecho a perdonarle la vida, tantas veces como sea necesario... en fin, pero no existe criptonita para contrarrestarlos, es la lástima.

El público es menos variopinto, excepto si viajas en el mítico nitbus. Este autobús fantasma, que solo viaja por las noches, esta conducido por pilotos de formula1 retirados. Sueltan toda su adrenalina en las calles semi-vacias de la ciudad exprimiendo al límite su motor, y el estómago de la mayoría de los borrachines que transporta en su interior. La gran mayoría foraneos.

En fin, cada uno tiene lo suyo y tiene sus cosas buenas. El poder moverte por la ciudad condal con relativamente poco tiempo, a veces vale la pena (aunque no siempre).

Para reflexionar: ¿Todo lo que le damos al transporte público, es compensado con todo lo que nos ofrece? Deberíamos cuidar un poco más nuestro sistema de transporte y así empezar a exigir de forma contundente algo mejor. Mal de muchos, "cuelo" de tontos.

Buenas noches a todos... "que todo vaya sobre railes"

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