Buscar este blog

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Sonría voce ta na bahia!!!


Buenas noches gente de la noche!!

Después de unos meses sin escribir, quizá por falta de inspiración o por vaguería, vuelvo para contaros mi viaje a Brasil de hace un par de meses. Dices... ¿hace falta?; quizá no, pero oye por eso es mi blog y escribo lo que me da la gana.

Todo empezó una fría mañana de Octubre, a tempranas horas de la mañana. Salimos rumbo al aeropuerto en el taxi de can Pérez, que nos aseguraba un viaje cómodo y calentito hasta la fantástica localidad del Prat de Llobregat. Recalco lo de calentito, ya que empezaba a hacer frío y como ibamos con la mentalidad Brasileña, viajamos con chanclas y con ropa veraniega.
Salimos con el puente aéreo hacia Madrid a las 9 de la mañana. Rodeados de todo el mundo que iba de vacaciones como nosotros. Hablo de gente con traje y portatil en mano, que leían en los periódicos la evolución de sus acciones en la última semana. Vamos, que cantabamos, más que el sóbaco de gordo cabrón. Pero pensando, cosotros id a la reunión que yo me largo a Morro de Sao Paulo... perdedores.
Una vez llegamos a Madrid, nos dedicamos a conocer la fantástica T-4, pero no solo conocerla, si no aprendernosla palmo a palmo, ya que debíamos estar allí hasta las 17:45 de la tarde. Nos dió tiempo de comer en el Mc Donald's, hacer mil fotos idiotas del aeropuerto, fumar alguno que otro piti e incluso servir para que unos comerciales de un banco nos preguntasen 4 veces si nos queríamos hacer de una targeta, con métodos poco ortodoxos.

Por fin, partimos rumbo a Brasil, ataviados con 3 maletas y una bicicleta. Parecía que ibamos a cruzar el estrecho pero a lo grande.
Después de nueve horas y media de un fascinante viaje, llegamos a Natal, dónde nos hicieron una inspección de sanidad en la que estuvimos unas 2 horas con fumigado del avión incluido.
Una vez llegas a Salvador de Bahía, tienes que pasar por el control de pasaportes, después por el de equipajes, entregar la encuesta que te han pasado en el avión para corroborar que no vienes a traficar ni nada malo (digo yo que si lo fueses a hacer tampoco lo pondrías no?)
En fin, cuando llegamos al hotel a las 2:30 hora Bahiana nos pusimos a dormir como cochinillos. Al día sigueinte perdimos el barco que nos llevaba a Morro, por llegar 1 minuto tarde, cosa que nos obligó a esperar 2 horas y media al siguiente barco, con tooodooo nuestro equipaje.
Por fin llegamos a Morro, donde pasamos unas vacaciones espectaculares, con un tiempo magnifico (molaba hasta cuando llovía), playas paradisíacas, comida excelente... el Paraíso terrenal.
Sumamos las noches por fiestas y las mañanas por horas de sol. Nos bebimos más Caipirinhas de las que nuestro cuerpo creía que era capaz de aguantar. La gente maravillosa, con sitios ídilicos y de relajación espectacular, donde pasar la vida o la jubilación como mínimo. Me enamoré realmente de la isla, así como de todos aquellos que nos acompañaron y nos hicieron disfrutrarla día tras día.

Sacamos varias cosas en claro:
- Marta durmió cada noche conmigo y con 7 arañas (algo que bauticé como Marta y las 7)
- Farreamos increiblemente.
- Hicimos muy buenas amistades.
- Aprobamos cada día, aunque alguna noche quedamos "suspesos" (Guerau sabe porque)
- Aprendimos a bailar samba, alguna más que otro.
- Nos relajamos en cuerpo y alma.
- Vimos a la familia y disfrutamos de ella.
- Capelinho me ofreció droga cada noche sin excepción, incluso varias veces cada noche.
- Pelinhos nos enseño como se debía bailar, pirigaixis, Mexe o balaio, Robolation, el hotel, las mareas, las puestas de sol, las fotos increíbles, los amaneceres, las puestas de sol, las playas, los cocos, las palmeras, el clima, la gente... ¿Cuando vuelvo?

En fin... Solo os puedo decir que el viaje de ida y de vuelta fueron una odisea, contando retrasos, empalme de aviones etc. Y con esto quiero decir que lo volvería a repetir sin pensarlo las veces que hiciese falta. Valió mucho la pena.

PR: Siempre nos parece fantástico todo lo que no es habitual a nuestro día a día, y por ello parece que restemos importancia a la ciudad donde vivimos. Debo declara que soy un enamorado incondicional de la ciudad de Barcelona y me enorgullece haber nacido en ella y ser catalán. En mi corazón cabe la pasión y admiración por muchas ciudades pero siempre sabré donde esta mi hogar, mis amigos, mi familia... mi refugio! mi BARCELONA. Siempre deseo volver y será por algo.

Valoremos lo que tenemos sin olvidar que cada día, es un buen día para seguir enamorandose de las cosas sencillas!!

Boas noites!! desde mi sofá de urbanita de pro.