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jueves, 17 de junio de 2010

Coleccionar


Hola a todos...

Hoy mi "musa" de la inspiración neuronal me ha sugerido un tema para hablaros que me ha parecido lo suficientemente interesante para compartirlo con los cientos de millones de usuarios que siguen este blog. Pensareis, el sexo!!!! nop, el futbol? tampoco... Hoy os hablaré de las míticas colecciones.

Por algún tipo de motivo ajeno al conocimiento global, la epoca en la que las colecciones maduran y caen del arbol de las editoriales es justo cuando empiezan los colegios y justo cuando acaban. Como la mejor fruta de temporada, todas caen para delirio de los mas pequeños y los más frikis de este tipo de habito, del cual todos hemos formado parte alguna vez, ya sea directa o indirectamente.

Ordenaré mi argumentación a partir de la edad en la que los usuarios adquieren este tipo de colecciones ( al margen de cualquier grupo social friki, ya que estos no cuentan la edad sino el fanatismo radical evocado a coleccionar sin ningún fin aparente). Debo decir que ninguna colección tiene un fin en si, ninguno que no sea la satisfacción de acabar algo que has empezado en esta vida en la que todo se deja a medias.

Las primeras colecciones por antonomasia son sin duda las de cromos adhesivos con temas variopintos. Estas colecciones dirigidas a los más pequeños, se fijan en los personajes más importantes de la actualidad. Sin duda hablamos de los incomparables Pokemon, Digimon, Doraemon, Bola de Drac, Hello Kitty y diversos dirigentes mundiales de las edades comprendidas entre los 5 y 10 años. A estos personajes de alta importancia internacional se únen los jugadores de fútbol de los diferentes equipos de la liga española y en los tiempos que corren los de los jugadores del Mundial de Fútbol. ¿Quien es un niño de 9 años sin los cromos actualizados de la liga española y sin conocer hasta el DNI de cada uno de los jugadores de la misma?
Os lo diré yo, es un marginado.
En esta edad también se incluyen aquellas colecciones que incluyen una cantidad ingente de muñequitos, que es casi imposible de terminar a no ser que los cambies o los ganes. Sí, así es jóvenes profanos del mundo del coleccionismo, los gogos, los tazos y diferentes variaciones de los mismos que a parte de salir del kiosco, nacen de la relación íntima entre los fantasmicos y los cheetos rizos creando colecciones que jamás nadie acabo. Como decía estos coleccionables se realizaron con un juego exigido en el que los hacias competir entre ellos y los podías ganar a un rival que estuviese dispuesto a competir con tu temido escuadrón. Para ello se crearon hasta elementos para transportar a tus luchadores a la batalla, no podía faltar el kit completo.

Después estan aquellas colecciones que van por fascículos y sobre temas apasionantes para toda la humanidad, cosas tan imprescindibles para sobrevivir como hacer un barco dentro de una botella por piezas. ¿como entraran esos barcos ahí? o lo más importante... ¿en que pensaba el capitán del barco para no ver una botella más grande que el propio barco?
Estas colecciones en concreto empiezan con un atractivo precio de 1 euro para atraer a sus compradores. Este euro dura la primera semana y su precio crece exponencialmente hasta los 8, 9 o en ocasiones más euros para poder continuar con la misma. Las más importantes de ellas nos ayudan a hacer punto de cruz para decorar esas zonas de la casa que quedan desnudas o para que nuestras abuelas nos indiquen que ellas eso lo saben hacer sin necesidad de una colección e intentan enseñarte a toda costa, pese a que tu no tengas ni la más mínima intención ni de acercarte al punto de venta.
Existen otras con las que puedes hacer grandes edificios de la historia, construir los mejores carros de combate o incluso barcos y todo lo que se te pueda ocurrir. Nadie se da cuenta de que las casas de muñecas que miden 2 metros de alto, junto con los muebles, la ropa de las muñequitas, los jarrones, los cuadros, el suelo, el portero, el buzón, los abogados, el vidé y demás artilugios pueden llegar a costarte casi 1000€?? eso si, te lo financian genial a 10 euros semanales durante 2 añitos. Porque a diferencia de los bancos pagas semanalmente, pero es una cantidad que más o menos te puedes permitir y te hacen creer que no es tanto porque aún te quedan siete días para disfrutar de ese primer tablón de madera que constituirá tu mansión victoriana del siglo XVIII que siempre has querido tener.

También puedes coleccionar sellos que no puedes utilizar y que seguramente acabaran al fondo de un armario llenos de polvo o comidos por las polillas. Pero cuanddo los compras piensas: se los enseñaré a todo el que venga o dentro de unos años valdran un pastón con el que me pienso forrar.
Nada más lejos de la realidad, ya que cualquier persona que venga a casa no vendrá pensando en admirar una colección de trozos de papel con la cara de algún monarca o alguna ciudad durante horas, no es la idea de una tarde con amigos precisamente...
en cuanto a la opción de guardarlos para ganar dinero, eso solo lo podrá saber tu tataranieto ya que seguramente durante toda tu vida no se revalorizarán lo suficiente como para recuperar la inversión realizada en ellos. Pobres ilusos.

Las colecciones alcoholicas son las mejores de todas a forma de ver. Estas colecciones se utilizan para mostrar a la gente la cantidad de alcohol de diferentes marcas, calidades y sabores que has podido ingerir en tu vida. Que la gente cuando las ve debe pensar "menudo borrachín aquí el colega", a lo que yo pienso "que me quiten lo bailao". Estas colecciones se manifiestan en forma de chapas de cervezas o de botellas de cava, botellines de algún tipo de cerveza importada o incluso botellas de diferente gradación alcoholica, de las que sin duda alguna, siempre te sientes orgulloso.


Por último hablaré de los pins. Quién no ha intentado coleccionar pins alguna vez? y cuando tenias 20 ibas orgulloso pensando que eras el mejor del mundo, hasta que llegas a cualquier tenderete de feria o playa que se encargaba de enviar tu ego a la altura del betún.

Para la reflexión: Creo que todo en esta vida es coleccionable, solo hace falta tener voluntad para ello. Pero a todos los pequeños aprendices del síndrome de Diogenes que no podáis acabar vuestra colección no os preocupeis, siempre os quedarán los números de la editorial para que os envien los articulos que os falten o si no el gran Mercat de Sant Antoni.

Buenas noches, desde mi cabeza!

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Hola Hector, tengo que decirte que tras seguir la recomendación de tu madre y la tuya propia, acabo de entrar en tu blog. Ya sabía de tu habilidad para reflexionar y argumentar, pero con cuatro ya me enganche.
    Ya sabes que llevo toda mi vida siendo fan tuyo, te sigo a todos lados, hago lo que sea por verte, por que seas feliz, por que no te falte la palmadita, que te sientas seguro y que sin que se note, que no te falte de na y no hablo de dinero. Parece que seas mi hijo !!!
    He decidido que cada reflexión ta la comentaré, exclusivamente para interrelacionar y entrenar las cuatro neuronas que pirulan por este cerebro lleno de arrugas grises.
    Animo¡¡ me declaro desde hoy tu FANUNO, así podré explicar a mis nietos que yo me declare el primer seguidor oficial del famoso blogquista HECTOR PEREZ ELIAS.

    Voy con el primero:
    Lo de las colecciones es total, sabes que yo era animal de coleciones con todas las apreciaciones que dices, que si a medias, que si comodos plazos, que si inutil, que si la engaño en comodos plazos, en fin ya esta mas que claro aunque tambien tiene su que, me explico. Uno cree las colecciones sirven para atrapar en pequeñas dosis, trocitos de orgullo, orgullo de tener desde un trozo del muro de berlin (que lo han sacado de la remodelacion de cualquier edificio de Berlin) hasta una coleccion de lo que el hombre utilizaba en el pasado para matarse unos a otros.
    A pesar de todo, la parte bonita es la que te hace sentir esa colección cuando la expones o la enseñas a tus visitas y dicen : ¡¡Guau!! que chulada, ¡¡Que bonito!! que paciencia ,y ese pedacito de orgullo colecionado en pequeñas dosis, brilla como un diente de oro, hasta la proxima muestra. Y tambien y para mi lo mas importante, la ilusión y satisfacción que te hace sentir el acabar algo con tanto esfuerzo y que tu corazón al final te agradece con una bonita dosis colecionable de emoción.
    Te quiero hijo mio.

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